Retraso en el desarrollo global, cognitivo y del habla con diferentes etiologías El tratamiento con aminoácidos produce excelentes resultados en niños con retraso del desarrollo infantil, retraso mental y trastornos del habla:
• mejora de las habilidades de habla y comunicación • la velocidad de las reacciones sensomotoras aumenta tras la administración de complejos de aminoácidos (retraso del desarrollo psicomotor) • mejora la memoria visual y auditiva a corto plazo • mejora la capacidad de percepción espontánea • se desarrolla la motricidad fina de las manos • se produce un desarrollo de las funciones cerebrales superiores, como la percepción y la imaginación, que conducen al desarrollo de formas de pensamiento abstracto - lógico.
Puede inscribirse para una consulta gratuita en línea con un neurólogo, un genetista clínico o un pediatra: sólo tiene que hacer clic en enlace . Durante la consulta, se explica si los aminoácidos pueden ayudarle a usted o a su hijo, y a continuación se elabora un esquema individual de administración de complejos de aminoácidos, que podrá recibir posteriormente por correo. La cantidad de niños diagnosticados con retraso del desarrollo y dificultad para hablar aumenta cada año. El retraso mental y el retraso del habla moderado son tratables y no se convierten en un problema grave si se descubren a tiempo y se comienza con nuestros aminoácidos. A mucha gente le interesa a que edad hablan los niños. Los padres y abuelos son los primeros en reconocer el retraso cognitivo y del habla y acuden a especialistas. Las causas del retraso en el desarrollo del habla pueden ser muy diversas, pero si los padres son capaces de detectar rápidamente el retraso mental o del habla de su hijo (idealmente a la edad de 2-3 años), hay más posibilidades de que se recupere completamente. Cómo reconocer los problemas/síntomas del retraso mental y del habla:
a los 4 meses, el niño no responde a las palabras y gestos de los padres, no sonríe (pueden ser los primeros signos de autismo); A los 8-9 meses ausencia de tartamudeo (repetición de las mismas sílabas); 1 año: el niño apenas dice nada; 1 año y medio: no dice palabras sencillas ("mamá", "papá", "dame") y no responde, no entiende cuando se le habla o se le llama por su nombre o se le pide que haga algo; no puede masticar; 2 años: conoce y utiliza las mismas palabras una y otra vez, no repite palabras nuevas cuando se le habla; 2 años y medio: no utiliza más de 20 palabras, no puede formar frases de dos o tres palabras, no conoce los miembros del cuerpo y no sabe los nombres de los objetos; 3 - 4 años: no puede formar frases por sí mismo, no entiende cosas sencillas que dicen los adultos. Si habla demasiado rápido, se come las palabras, o si habla demasiado lento, prolonga las palabras.
La mayoría de los niños con epilepsia, autismo, síndrome de Down, parálisis cerebral, trastorno por déficit de atención e hiperactividad, etc., presentan síntomas de retraso mental y del habla en diversos grados. En todos estos casos, el tratamiento con aminoácidos puede ayudarles. Hay que tener en cuenta que el retraso mental y el retraso en el habla surgen como consecuencia del mal funcionamiento de las neuronas en el cerebro debido a problemas durante el embarazo, durante el parto, la hipoxia, la asfixia del cerebro, infecciones, intoxicación grave por metales o mutaciones genéticas y cromosómicas. El retraso mental y del habla siempre está asociado a un mal funcionamiento de las neuronas en el cerebro. Nuestros aminoácidos pueden mejorar el funcionamiento de las neuronas, sea cual sea el problema de retraso mental o del habla. Además de ser un material de construcción para las proteínas del cuerpo humano, algunos aminoácidos desempeñan diversas funciones en el cerebro. Por ejemplo, los aminoácidos desempeñan el papel de neurotransmisores de los impulsos nerviosos de una neurona a otra. Algunos aminoácidos son capaces de normalizar los procesos estimulantes activando las neuronas latentes, el crecimiento axonal (protrusión de células nerviosas), aumentando el número de sinapsis (punto de contacto entre dos neuronas), mientras que otros activan procesos inhibitorios a nivel neuronal. Los aminoácidos también contribuyen a aumentar la energía de las neuronas. Además, tienen efecto antioxidante: protegen a las células de la muerte prematura por diversas causas.
Beneficios de nuestros aminoácidos: regulan los procesos de agitación e inhibición en la corteza cerebral, estimulan la neurogénesis, conducen a la armonía y el equilibrio de los procesos neurotransmisores y electrofisiológicos (que pueden ser monitoreados mediante electroencefalograma), que afectan a los procesos clínicos de retraso mental y del habla. Los niños pequeños empiezan a pronunciar sílabas, luego palabras y comienzan a hablar, los niños mayores mejoran su pronunciación: son entendidos no sólo por sus padres, sino también por los demás.
En cuanto a las actividades intelectuales, los niños son capaces de comprender mejor la información. Se mejora la concentración y la memoria. Un niño con retraso mental y del habla, que antes no podía distinguir un perro o un gato en los dibujos, empieza a reconocerlos y distinguirlos. Y lo hace con mucha alegría. A algunos no les importaban los juguetes o no podían hacer los deberes de matemáticas. Todo ello se consigue administrando nuestros aminoácidos seleccionados para cada paciente de forma individual. A menudo, al comienzo del tratamiento con aminoácidos en niños con retraso mental y del habla, no es posible decir exactamente qué cambios se han producido. Pero todos se dan cuenta de que la mirada del niño ha cambiado: se ha vuelto más viva, más interesada, más atenta al mundo que le rodea. Con el tratamiento de nuestros aminoácidos, los niños con retraso mental o del habla desarrollan las funciones mentales, la comprensión y la imaginación, que ayudan al desarrollo del pensamiento lógico y abstracto o al crecimiento del nivel intelectual. Los niños empiezan a comprender conceptos abstractos, comienzan a orientarse en el tiempo: entienden lo que significa ayer, hoy y mañana, saben qué hora es. Comienzan a realizar cálculos matemáticos sencillos y también a clasificar objetos. Empiezan a entender qué significa más o menos, más alto o más bajo. No sólo pueden entender el texto de, por ejemplo, un cuento de hadas, sino que también pueden hacer un resumen. Además, los niños con retraso mental y del habla registran una reducción de la intensidad de los trastornos neuróticos y del malestar psicoemocional. Por ejemplo, desaparecen los dolores de cabeza, los vómitos, el asma y los tics. Los niños ya no se muerden las uñas, duermen mejor sin tener pesadillas. Se vuelven más equilibrados. Se observa una disminución de la hiperactividad, una normalización del comportamiento y un aumento de la atención. Se han realizado estudios para evaluar los resultados de la administración de aminoácidos antes y después de la atención a los niños con retraso mental y del habla. Los resultados mostraron una mayor velocidad de las respuestas sensoriomotoras: los niños produjeron textos más rápidos y de mejor calidad en un ordenador. Aumentaron los valores de la memoria auditiva y visual a corto plazo y la estabilidad de la atención. Además, se ha observado una mejora en las habilidades motoras de las manos. Cuanto más joven sea el niño con problemas de retraso mental o del habla, más fácil será conseguir un efecto positivo y más realista será su rehabilitación social y psicológica.
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